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Pepino: una hortaliza llena de ventajas
España es el primer país productor de pepino de Europa, con un cultivo de casi 800 millones de kilogramos, que casi en su totalidad se destinan a la exportación, principalmente a Alemania, Francia y Reino Unido. El pepino necesita una temperatura estable y más bien elevada durante todo el año, necesidades que convierten a Almería en un territorio ideal para su producción, con la mera exposición a los rayos del sol, sin necesidad de calefactor o iluminar artificialmente, es decir con un mínimo costo energético y ambiental.
En comparación con las cifras que alcanza la producción en Andalucía, las cifras de las siguientes comunidades productoras, Canarias y Murcia, son casi irrelevantes. Es la cuarta hortaliza más consumida en el mundo.
La producción se centra en tres variedades: holandesa (largo, sin espinas, con una piel lisa que permite su consumo, ligero y dulce), español (corto, más rugoso y amargo, empleado en encurtidos) y francés (algo más largo que el español y de características similares). La variedad mini comienza a proliferar y se destina principalmente a su consumo como snack saludable.
Originario de Asia, el pepino tiene un alto poder hidratante -mucho contenido en agua, diurético-. Generalmente se consume en platos como ensaladas o purés, y aunque su consumo se asocia al verano, son modos de consumo que sirven perfectamente también en invierno. Se puede combinar con el yogur, el aguacate, la sandía, manzana…
Es rico en magnesio y potasio. Combate los reflujos, tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias y estimula el sistema inmunitario. También tiene conocidas propiedades cosméticas, sobre todo para combatir arrugas y acné.